Presentamos nuestro nuevo “Estudio sobre la promoción del conocimiento y talento sénior entre emprendedores y autónomos” del que ya adelantamos sus principales conclusiones en la jornada virtual que celebramos el pasado 21 de diciembre y que puede verse en diferido aquí.
Este estudio nació con la voluntad de estudiar la situación y del fomento del emprendimiento entre las personas séniors. En el proceso de trabajo, hemos visto que las necesidades, motivaciones y preocupaciones de las personas séniors piden una visión más amplia. Así, el emprendimiento y el trabajo autónomo deben ser vistos como dos opciones más dentro del mantenimiento de una jubilación activa entre las personas de este colectivo. Esta vida activa es necesaria para el mantenimiento de la salud física y mental de las personas séniors, pero también dan respuesta a las necesidades sociales del país, a las puertas de un importante cambio demográfico.
Las personas séniors constituyen un nuevo grupo social, que, de hecho, es el colectivo más amplio tanto como consumidor como ciudadano. Si ya ha habido una respuesta en consumidores con la extensión de la llamada silver economy, no ha sido así en la gestión de las personas en sus últimos años de trabajo. El concepto de talento sénior, si bien no es nuevo, aún no se ha instalado suficientemente en el hacer de las empresas ni de las administraciones.
Con la evolución de la pirámide demográfica, el cercano acceso a la jubilación de la generación del baby boom y el aumento de la salud y la calidad de vida, nos encontramos cada vez con un mayor contingente de personas que van a vivir aun muchos años de buena salud una vez se hayan jubilado, y que quieren y necesitan mantener una vida activa.
Los trabajadores séniors son una oportunidad: su talento se sustenta en su experiencia, su conocimiento especializado, sus habilidades relacionales y personales, y su visión estratégica. Aportan diversidad y permiten el trasvase de conocimiento intergeneracional.
Los séniors contribuyen a la estabilidad a la empresa: mayor fidelidad, mayor sentimiento de pertenencia y cultura organizacional.
Algunos séniors pueden generar cargas a las empresas: poca celeridad en la adaptación a los cambios, necesidad de atención dentro de la empresa y costes salariales asociados. A pesar de los mitos extendidos, estos se suelen basar en prejuicios vinculados con el edadismo, que son desmentidos por diversos estudios.
El edadismo provoca que el paro de larga duración sea elevado entre las personas de más de 50 años, especialmente entre las de más de 60 años. Esta situación suele conllevar un paso precario a la jubilación, con un destacable riesgo de exclusión social.
Para contrarrestar estos posibles efectos negativos es importante fomentar la gestión de los séniors en las empresas. Es preciso seguir los cambios en sus habilidades y competencias para poder formarlos, adaptar los puestos de trabajo a sus conocimientos y ser flexibles en tiempo y dedicación.
Una gran mayoría de los séniors participantes en este estudio no quieren seguir trabajando (68%) en los mismos términos una vez jubilados, aunque quieren mantener una jubilación activa más allá de vivir una etapa de descanso y disfrute (66%).
Entre aquellos que quieren seguir trabajando, desean poder compatibilizarlo con el cobro íntegro de la pensión.
Las principales preocupaciones de los séniors están relacionadas con el mantenimiento de una buena salud (física y mental) con el fin de evitar y/o retrasar la situación de dependencia.
Quieren dedicar su tiempo a cuidar su salud (84%), crecer personalmente (51%) ya sea estudiando, haciendo voluntariado (45%), participando en redes de colaboración (31%) con otros séniors y poder realizar algún tipo de trabajo que les genera alguna remuneración (28%).
Se ha detectado un espacio no cubierto en las necesidades de las personas séniors que transita entre los años previos a la llegada de la jubilación hasta que encuentra y pone en marcha su nuevo propósito de vida.
Necesitan orientación y acompañamiento durante el proceso de jubilación, para poder descubrir su talento y a qué quieren dedicar sus próximos años de vida.
Les gustaría tener acceso, luego, a contenidos específicos (84%) de los temas que más les interesan recibiendo conocimiento de expertos (82%) y disponer de una guía de recursos (72%) y espacios de encuentro para llevar a cabo sus proyectos (75%).
Están abiertos a recibir estos contenidos de formas muy diversas: ya sea en encuentros presenciales (69%), grupales (66%) o en otros formatos pregrabados (65%) para acudir cuando ellos quieran.
En este sentido proponemos la creación de la la primera comunidad de talento sénior que potencie el aprendizaje, el conocimiento, la colaboración, la innovación y el emprendimiento de los séniors de nuestro país.
Dejar en el olvido y no aprovechar el talento sénior es algo que como sociedad no nos podemos permitir. Nos enfrentamos a un incremento de costes económicos (mayores subsidios y pensiones), costes sociales (dificultad de encontrar trabajo) y pérdida global de conocimiento y experiencia en las empresas. Además, las personas mayores necesitan dar sentido a su tiempo de jubilación para mantener un buen estado de salud físico y mental.
Los séniors participantes en este estudio expresan una voluntad de mantener una jubilación activa. No trabajar como ahora, pero sí hacer cosas diferentes: cuidarse, aprender, voluntariado, fomento de aficiones, pequeños trabajos o pequeños ingresos…
Debemos poder dar respuesta a lo que los séniors se plantean: cómo adaptarse a la nueva situación, qué quieren hacer y qué necesitan y/o cómo lo hacen. Aunque existe una oferta de recursos, tenemos que hacerlos llegar a los séniors y, antes que eso, acompañarlos en el camino de decidir qué quieren hacer en la nueva etapa vital que se abre ante ellos.
En ese sentido, debe extenderse entre la sociedad una nueva visión de las personas séniors que nos haga superar el edadismo.
En conclusión, tenemos cada vez un mayor número de personas séniors, con ganas de mantener una vida activa en la cada vez más larga etapa vital que se abre ante ellos, pero sin herramientas para ello. Como sociedad, necesitamos ayudarles a dar sentido a su nueva etapa de vida, a encontrar su nuevo propósito de vida.
Estudio elaborado gracias al apoyo de: