El desafío demográfico de España: en 2050 habrá dos jubilados por cada tres trabajadores en activo.

27-05-2021 - Buen trato, Financiación

España experimentará en los próximos años el mayor aumento de la tasa de dependencia en Europa hasta el punto de que por cada tres personas en edad de trabajar en 2050 habrá casi dos mayores de 65 años, una situación que tendrá un impacto económico negativo y de la que alertan desde el Banco de España.

Entre 2010 y 2060 la tasa de dependencia crecerá un 34% hasta situarse casi en el 60%. Esto supone que habrá dos personas mayores de 65 años por cada tres en edad de trabajar, según ha explicado este jueves el director general de Economía y Estadística del BdE, Óscar Arce, durante la sesión inaugural del ‘I Foro de Envejecimiento Edad&Vida: Repercusiones del envejecimiento en la economía española’.

«Nunca hemos vivido una aceleración en la tasa de dependencia de ese tipo», ha indicado Arce. Y es que, comparativamente, entre 1960 y 2010 se produjo un aumento de 12 puntos porcentuales. Este aumento se explica en la alta esperanza de vida, la baja natalidad, y también al efecto «temporal» del flujo de los ‘baby boomers’ durante los próximos años.

Esta situación tendrá un efecto en el consumo, la inversión, el empleo, la productividad, los salarios y precios y también al manejo de las políticas monetaria y fiscal: «El envejecimiento va a afectar de manera relevante y directa a los indicadores económicos. Los cambios demográficos tienen consecuencias importantes», ha añadido.

Además, según el Banco de España, el envejecimiento de la población también podría tener un efecto negativo sobre el crecimiento potencial (el asociado a menores tasas de empleo e innovación) y en lo referente a las habilidades cognitivas necesarias para el uso de las nuevas tecnologías, menos presentes en los trabajadores de más edad pero que podrán llegar a ser necesarias para su empleabilidad.

El informe apunta a que el gasto en pensiones aumentará significativamente si se mantienen los determinantes del sistema actual. En concreto, la evolución demográfica implicaría un aumento del gasto en pensiones de entre 4,7 y 12,2 puntos porcentuales de PIB en 2050. «La disyuntiva entre tasa de beneficio y contribuciones al sistema de pensiones será más desfavorable que en el pasado», ha alertado Arce.

De igual manera, el Informe sobre Envejecimiento de la Comisión Europea señala que el gasto en sanidad y cuidados de larga duración aumentará casi 2 puntos porcentuales de PIB en 2019-2050,  una cantidad «considerable» aunque no será la más alta de Europa, ha matizado Arce.

Habrá un aumento de la tasa de ahorro debido a la mayor longevidad e incertidumbre sobre prestaciones futuras

El director general de Economía y Estadística también ha referido que la transición hacia una sociedad más envejecida alterará la evolución del ahorro agregado y la inversión, así como la composición de las carteras de activos. En este sentido, prevé que habrá un aumento de la tasa de ahorro debido a la mayor longevidad e incertidumbre sobre prestaciones futuras, al tiempo que se registrará una disminución del ahorro por una mayor propensión a consumir de los mayores, con efecto neto incierto.

Este escenario podría aumentar la demanda de activos financieros que transformen activos ilíquidos, como las viviendas en propiedad, en flujos vitalicios de renta.

Ante una población mayor, la importancia de la formación de los mayores para la adopción de los nuevos desarrollos tecnológicos y el mantenimiento y aumento de la empleabilidad se vuelve un foco de alerta. Según Arce, la formación en el trabajo decrece con la edad y la diferencia con respecto a la UEM se amplía en los trabajadores más mayores, así como el uso de tecnologías digitales también muestra acusadas diferencias intergeneracionales. «En España se invierte poco en formación y mucho menos en la formación de trabajadores de más edad», ha criticado, tras lo que ha insistido en la necesidad de invertir en el «reciclaje y formación continua» de los trabajadores de mayor edad para mantenerlo durante más tiempo en situación de empleabilidad.

Pocos nacimientos y menos esperanza de vida

El número de nacimientos influye directamente en el envejecimiento demográfico. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), este cayó más de un 20% en diciembre (mayor descenso histórico) y en marzo rebotó un 2,5%, rompiendo la tendencia negativa en el mejor dato de ese mes en cinco años.

Cabe recordad que la esperanza de vida cayó casi un año en 2020, además de detectarse deterioros en el nivel de bienestar emocional respecto al nivel prepandemia. Esto se detecta principalmente por la incertidumbre sobre el futuro y en mayor medida en los mayores con respecto a los más jóvenes, según ha explicado Arce.

Según el demógrafo del CSIC, Julio Pérez, las políticas natalistas que prevén ayudas directas a las familias no consiguen elevar el número de hijos, sino que se suelen destinar a aumentar el nivel de vida del núcleo familiar. Así, ha detallado que actualmente la proporción de mayores ronda el 20%, superior a la de los niños, un porcentaje que crecerá en los próximos años hasta un 30%.

Noticia original publicada el 27 de mayo de 2021 en elEconomista.es