VIII Congreso Internacional Dependencia y Calidad de Vida: la visión de la Diputación de Barcelona

18-10-2021 - Salud

Hemos preguntado a las administraciones públicas que colaboran en el VIII Congreso Internacional Dependencia y Calidad de Vida sobre cuáles son las lecciones aprendidas en materia de atención sociosanitaria a nivel estatal y cuáles serán los desarrollos futuros en esta materia, con especial énfasis en las políticas que se aplicarán.

“Se ha puesto de manifiesto la importancia de avanzar hacia programas de integración de servicios sociales y sanitarios, con una gestión de casos reforzada y especializada, integrando los diversos apoyos que requieren las personas en situación de dependencia”.

 

Lluïsa Moret i Sabidó

Presidenta del Área de Igualdad y Sostenibilidad Social. Diputación de Barcelona

El impacto de la pandemia entre las personas en situación de dependencia requiere un análisis desde la perspectiva del cambio de paradigma en la demanda de servicios, con un aumento de la atención domiciliaria con perspectivas de consolidarse en el futuro. Así pues, para afrontar la demanda creciente de atención de curas en el domicilio, habrá que incorporar algunos aprendizajes de la etapa COVID. En este sentido, tenemos una buena oportunidad para consolidar y poner los cimientos para una organización cooperativa de los dos sistemas, sanitario y social, y construir un modelo de curas que vele por una atención centrada en la persona y para garantizar la continuidad asistencial cuando las personas utilizan diferentes recursos.

Hay que partir del hecho que la aparición de la pandemia afectó gravemente la atención residencial, entre otros factores, por carencias de coordinación entre el sistema sanitario y el de atención social. Durante este año y medio se han ido racionalizando y optimizando los recursos disponibles para dar una respuesta más ágil y eficaz a las necesidades sanitarias de los centros y para implementar medidas preventivas contra la COVID-19 con éxito. Hace falta, pero, evitar la excesiva “sanitaritzación” de los centros y buscar el punto óptimo para una vida residencial de calidad para las personas atendidas, que ponga la persona en el centro. La obligada coordinación sociosanitaria en los centros residenciales ha puesto de manifiesto el gran potencial que puede tener la acción compartida de los dos sistemas.

A la vez, durante este periodo marcado por la COVID-19 se han puesto en valor los servicios de proximidad y comunitarios en la respuesta a necesidades de curas y preventivas. La mayoría de municipios de la provincia de Barcelona, durante el confinamiento, hicieron un seguimiento telefónico periódico a todas las personas usuarias del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) y también en muchos casos a todas las que tienen un Programa Individual de Atención (PIA) no residencial, e incluso a todas las personas grandes del municipio. En este sentido, el Servicio Local de Teleasistencia tuvo un papel clave con una mayor intensidad del seguimiento y con un nuevo servicio especial de atención en la población no usuaria, así como protocolos de atención adaptados para atender las necesidades provocadas por la COVID- 19. Este servicio representó así una de las iniciativas que tuvieron un gran impacto social y de apoyo sanitario durante la pandemia. En este sentido el proceso, actualmente en curso, de digitalización de la teleasistencia abre una puerta a seguir fortaleciendo la intervención sociosanitaria en el ámbito de la transformación digital de las curas al domicilio, a través de las posibilidades de monitorización de la salud y el bienestar, la detección temprana de riesgos y la intervención integrada entre la teleasistencia y la monitorización clínica.

También hay que hacer mención a la capacidad de los municipios de la provincia de Barcelona en el periodo COVID de atender urgencias y de aumentar la intensidad de los servicios de atención a domicilio, sobre todo de personas que ya no podían recibir el apoyo habitual de su entorno. A la vegada, se han articulado respuestas a un incremento de las necesidades vinculadas a personas cuidadoras no profesionales que han vivido una situación de mayor agotamiento.

De la situación de emergencia se han empezado a derivar cambios en la prestación del SAD que pasan por una flexibilidad ante situaciones imprevistas y urgencias, así como la posibilidad de hacer una atención vía telemática para determinados usuarios o de forma complementaria. También nos encontramos con un aumento de los entes locales que apuestan por el trabajo en equipos de territorio, como modelo de trabajo que beneficia la persona usuaria y potencia las capacidades de las profesionales de atención directa, y que favorece a la vez la coordinación sociosanitaria y una intervención más comunitaria. Crecen, pues, las experiencias que apuntan hacia un modelo más integrado de atención en el domicilio.

A la vez, programas de atención a personas cuidadoras no profesionales como el Respiro residencial que ofrece la Diputación de Barcelona han fortalecido la apuesta por la integración sociosanitaria estableciendo nuevos procedimientos que refuerzan la cooperación entre los equipos asistencial y sanitario y la orientación hacia el modelo de atención centrada en la persona. Durante la pandemia, se inició una colaboración con el Consorcio Sanitario de Barcelona del CatSalut que facilitó la coordinación y cooperación del sistema sanitario público con la organización y el funcionamiento de los centros residenciales. Desde semillas, el Centro Residencial de Estancias Temporales para gente mayor de la Diputación de Barcelona forma parte del grupo de 24 residencias públicas de la ciudad de Barcelona que participan en el programa piloto para la implementación del modelo AS2R-BCN (Atención sanitaria y social integrada a las residencias de Barcelona).

Se ha puesto, pues, de manifiesto la importancia de avanzar hacia programas de integración de servicios sociales y sanitarios que, mediante una gestión de casos reforzada y especializada, permitan integrar los diversos apoyos que necesitan las personas en situación de dependencia a sus domicilios, desde servicios de ayuda domiciliaria a ayudas técnicas, servicios sanitarios o de enfermería a domicilio, servicios y recursos de apoyo a las personas cuidadoras, prestaciones económicas, etc. La articulación del conjunto de programas y recursos de apoyo a las personas dependientes que residen en el domicilio, con una perspectiva integral y desde la óptica de la atención centrada en la persona, supone uno de los mayores retos porque la permanencia al domicilio de forma conectada con la comunidad sea una opción para casos de necesidades más intensivas o complejas a lo largo de todo el ciclo de vida. Por lo tanto, con una coordinación eficiente de los recursos tenemos que poder optimizar la atención compleja y de larga duración. Hay que seguir apostando por estas experiencias piloto con el objetivo de avanzar hacia un modelo más amplio y compartido de integración sociosanitaria en la comunidad con una mayor participación de las personas con necesidades de curas y en el marco de una apuesta por la sostenibilidad y cohesión social en los barrios y municipios.