El final de la vida de un ser querido es una experiencia personal complicada que tiene implicaciones no solo a nivel físico y emocional, sino también a nivel social, económico y legal. Tras el fallecimiento de una persona, se deben realizar trámites para disponer de un servicio funerario y gestiones administrativas para evitar dificultades posteriores; además de tener en cuenta aquellas necesidades emocionales que puedan surgir. La presente guía pretende ofrecer un apoyo práctico en esta situación.